Pedagogía en 1916: efectos del Cine en los niños.
Hoy retomamos en nuestro blog otra
de las interesantes colaboraciones publicadas en el semanario La
Orientación, por nuestro paisano y maestro D. Demetrio Tabernero Anchuela hace ahora casi un siglo, el 30 de junio
de 1916.
Como recordaremos1, Demetrio Tabernero nació
en Clares entre 1890-1896. Por presentar una deficiencia física en una
extremidad (atrofia muscular completa
con parálisis del brazo y mano derecha), sería apodado en el pueblo como el
“tío manquillo”, lo que no le impediría cursar estudios en Guadalajara hasta
obtener el título de Maestro de Primera Enseñanza en 1912.
Su preocupación constante por los temas pedagógicos
le llevaría a publicar varios artículos donde expondría sus inquietudes y
posibles soluciones a los problemas educativos del momento, prestando una
especial atención a las malas condiciones docentes existentes aquellos años en
el mundo rural español.
En el artículo que hoy trascribimos, Demetrio hace un
análisis pedagógico sobre la repercusión
negativa que en la población infantil podría provocar una mala
utilización del cine, tanto por sus argumentos
como por las condiciones físicas del visionado. Adelantándose a su tiempo, llama
poderosamente la atención su temprana preocupación por las consecuencias que un
medio de comunicación tan nuevo, que en España comenzaba a extenderse, podría
provocar sobre los pequeños espectadores, orientándonos en su artículo a cómo
deberían ser las proyecciones y sus contenidos para convertir el cine en otro
instrumento educativo. Un tema que sigue siendo en la actualidad vivo motivo de
debate y controversia.
Parece ser que Eugene
Promio realizó la primera proyección cinematográfica pública en España en
Madrid, el 14 de mayo de 1896, alquilando para ello un local situado en los
bajos del “Hotel de Rusia” en la Carrera de San Jerónimo. En sus inicios el cine,
su filmación y proyección, fueron una actividad de feriantes y aficionados, y debieron
de pasar todavía algunos años hasta alcanzar una estructura industrial estable.
Muchos teatros incluyeron en estos primeros años proyecciones cinematográficas como
complemento de sus representaciones, antes de empezar, en los descansos o
después de ellas.
En
el año en que Demetrio Tabernero escribe este artículo, en plena Primera Guerra
Mundial...
El artículo completo, y todos los demás de este blog, los puedes encontrar en el libro recopilatorio:
Un siglo después, el deseo de D. Demetrio no se ha visto cumplido. Es más, al cine se le ha unido la televisión. Difícil tarea.
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